sábado, 22 de enero de 2011

"El chasis se me partió diez veces, lo ataba con alambre"


La trayectoria deportiva de Sergio Lafuente ha sido muy variada. Primero practicó natación y luego fue futbolista, hasta que jugando en Sud América se lesionó la rodilla. La recuperación lo llevó a hacer pesas y ahí descubrió otro deporte en el que estuvo dos décadas. Fue campeón 16 veces y representante olímpico en Barcelona y Atlanta. Actualmente divide su pasión entre los cuadriciclos, con los que se ha coronado cinco veces campeón y el certamen nacional de rally.

-¿Cómo surgió la posibilidad de correr en el Dakar 2011?

-Cinco meses antes de la carrera me buscó Mauro Almeida para que le enseñara y lo entrenara, porque yo había salido campeón en los últimos años. Él ya estaba inscripto y me entusiasmó. Yo no quería saber nada con el Dakar. Hablamos y decidimos armar un equipo íntegramente uruguayo.

-¿Qué sintió al tener el honor de ser el primer participante en largar el Dakar?

-Fue una sensación increíble abrir el Dakar. No me lo imaginaba. Fue impresionante. En Argentina en todos los pueblos había banderas uruguayas y otras que decían "arriba osito". No sé cómo sabían mi sobrenombre, pero me conocían, me gritaban, "¡vamos uruguayo!". Me saludaban, me alentaban. Así se te va todo el cansancio y se redoblan las fuerzas para seguir. Había gente por todos lados. En Chile es mucho más fría la gente y eran muchos menos.

-¿Cuánto hace que usted compite en cuadriciclos?

-Cinco años y llevo cinco campeonatos ganados. También corrí en enduros de verano en Argentina y en alguna carrera de cross country. Al Dakar yo fui muy bien preparado físicamente. Estuve 5 meses levantándome todos los días a las 4 de la mañana, mi señora me hacía de comer y salía a andar en bicicleta, después iba al gimnasio y de tarde me iba de Maldonado a trabajar a Montevideo en el cuadriciclo. Iba por la ruta y a la vuelta venía todo por la arena. Todo por las playas. Sólo subía a la ruta en Jaureguiberry, en el arroyo Solís, porque es muy profundo; en los demás cruzaba por el agua.

-¿Cuál fue la parte más dura del Dakar para usted?

-Este fue el Dakar más duro de todos en los últimos 23 años, dicho por gente que tiene muchas ediciones de experiencia; mi mayor logro fue ser el primer piloto nacido en Uruguay que llega al final de un Dakar. Para mí, la carrera fue toda igual. La primera y la última etapa fueron fáciles, todas las demás fueron exigentes, todas muy duras.

-Sobre todo si no se tiene experiencia.

-Yo ya había ido a competir a Copiapó, a la Baja Atacama, pero no tiene nada que ver con esto de ahora. Lo que más se sufre es el tema del agua. Llevás tres litros en la espalda, pero se terminan en un rato. Al llegar a reaprovisionar combustible te dan agua, pero está caliente, no es nada fácil. Al lado de los demás competidores mi cuadriciclo parecía una bicicleta. Se rompía todos los días. Fui con un Yamaha standard de fábrica, de 700 c.c. y los demás corrían con cuadris totalmente reforzados y con motores de 900 c.c. En cada etapa yo llegaba a las cuatro de la tarde y el mecánico estaba hasta las cinco de la mañana del otro día arreglándolo para poder seguir en carrera. Quedaba destruido. El chasis se me partió diez veces. Lo tenía que atar con alambre. Me di un golpe muy grande porque se me partió una rótula. Conseguí otro puntero, lo até con alambre y un precinto y así hice 308 kilómetros.

-¿En algún momento se cuestionó qué estaba haciendo metido en esa carrera?

-Y... sí, fue un día que pinché cinco veces, se me rompió el embrague y, ya en plena noche, me fui para abajo por un acantilado. Tenía como 100 metros de profundidad, puse primera y lo dejé ir al cuadri y cuando llegué al fondo me dí flor de golpe. Era noche oscura, no se veía nada. La verdad que tuve mucha suerte. Ahí dije: "¿Qué estoy haciendo acá?". En la bajada de Antofagasta se me apagó el cuadri. Un argentino me remolcó ocho kilómetros hasta la bajada y me tiré solo, sin motor. Se me quedó a 50 metros del final y tuve que llegar empujándolo por la arena.

-¿Qué le pareció la organización?

-Es buena, para la cantidad de participantes que éramos al principio. Cada vez que iba habiendo abandonos, la organización quedaba mejor. La suerte que tuvimos fue que había dos médicos uruguayos en la parte de sanidad, y nos trataron de película.

-¿Qué pensó cuando abandonó su compañero Almeida?

-Pensé que se nos terminaba para los dos, porque era él quien había armado todo. Él tuvo que volverse porque tenía una costilla fisurada. Entonces, el mecánico me dijo: "Ahora que estamos acá, ¿qué vamos a hacer? Vamos a seguir". La camioneta regresó y seguimos a carpa, nomás.

-¿Piensa volver en 2012?

-Ah, con un buen cuadriciclo, bien preparado, sí. Sin duda que vuelvo. Yo me di cuenta que, por los tiempos, puedo andar en punta.

-¿Quedó conforme con su labor?

-En general, sí. De acuerdo a como se dio la carrera. Fue todo sacrificio. A lo último nos habíamos emperrado en que teníamos que terminar sí ó sí. En la penúltima venía tercero en el tramo de arena. Al llegar al barro se me empastó la bujía y tuve que desarmar todo el cuadriciclo, sacar el tanque que pesa 40 kilos, la bomba de nafta, cambiar la bujía, volver a armar todo. Luego estuve parado en un arroyo más de media hora para poder limpiar el barro de los radiadores.

-¡Qué incomodidad para un simple cambio de bujía!

-Sí, un atraso. Por no saber, por no tener experiencia. Otro tramo terrible fue el de los guadales. Es un talco. No se ve nada, falta el oxígeno. Hay que parar a cambiar los filtros y después uno se atrasa y el camino queda cada vez más batido, es terrible. El cuadri va tocando abajo y siempre va arrastrando. Es un Dakar distinto el que se corre cuando vas en punta que cuando te quedás para atrás.

Planes Para este año tendrá un nuevo auto de rally.

En marzo le llega un Mitsubishi Lancer Evo X desde EE.UU. Competirá en la categoría Grupo N Clase 4. pero no tiene definido su futuro.

Piensa priorizar el certamen de rally sobre los cuadriciclos.

"Tengo que decidirme por una de las dos disciplinas, porque al final no hago nada bien, ni una ni otra".

"Siempre estoy dispuesto a competir, es algo que llevo en la sangre".

Logro: es el primero que lo terminó Lafuente es uno de los deportistas uruguayos con mayor cantidad de certámenes obtenidos compitiendo en distintas disciplinas.

En Halterofilia, por ejemplo, ganó 16 campeonatos a lo largo de dos décadas de actividad; y fue olímpico en dos oportunidades: Barcelona 92 y Atlanta 96.

A lo largo de cinco años de competencia en cuadriciclos se coronó campeón nacional en cinco ocasiones.

De todas formas, el rally lo atrapó y se está convirtiendo en su gran desafío. Por ese motivo, entonces, en el corriente año encara la temporada dispuesto nuevamente a dar pelea por el campeonato.

"Mi mayor logro es ser el primer piloto nacido en Uruguay que termina un Dakar".

Fuente: Ovación Digital

No hay comentarios: